Cada vez más personas utilizan gafas de vista. Pero aunque los trastornos o problemas visuales sean algo perfectamente común y conocido en la actualidad, todavía hay casos en los que no se cuida debidamente la salud ocular. Uno de los más típicos es el de tener unas gafas mal graduadas que ya no se ajusten a tus problemas actuales de visión. Por ejemplo: que tu miopía haya aumentado y sigas con las lentes de años atrás. ¿Qué problemas te puede causar esto?
Posibles problemas de emplear unas gafas mal graduadas
Lo primero de todo es señalar que no se produce un daño directo en tu ojo. Pero esto no le resta gravedad al problema de llevar las gafas mal graduadas. La principal complicación es fácil de intuir. Si la graduación es inferior (o superior) a la que necesitas, tu visión va a tener que esforzarse mucho más de lo habitual y de lo deseado para enfocar correctamente. ¿Y esto en qué se traduce? En un estrés mayor para tu ojos.
Y es precisamente a partir de ese estrés o de esa tensión mayor en donde empiezan a aparecer los problemas más significativos y complejos:
– Dolores de cabeza. Después de un uso más o menos prolongado pueden empezar a aparecer de forma constante y persistente.
– Posibles mareos. Especialmente cuando la tarea que estés realizando te exija concentración, o cuando lleves ya varias horas con las gafas puestas.
– Dificultades en el sueño. Este síntoma se suele dar cuando los problemas de graduación persisten en el tiempo. Es decir: cuando las lentes que empleas no son adecuadas para tus ojos y llevas con ellas puestas varios meses. Todo ese estrés y esos dolores pueden degenerar en problemas del sueño.
Ten en cuenta que todo esto se incentivará si, por ejemplo, tienes que pasar muchas horas al día con las lentes puestas. Una combinación que también puede ser especialmente complicada y molesta es la de la persona que trabaja o pasa mucho rato frente a una pantalla y necesita, también, contar con lentes para ver correctamente. Si estas no tienen una graduación adecuada, todos estos síntomas se intensificarán, y mucho.
Ahora bien, un caso diferente es el de un niño o niña. Hasta ahora solo hemos analizado los síntomas en los adultos. Pero piensa que los más pequeños se están todavía desarrollando. Y en su caso, si la graduación no es la correcta, sí que se pueden desarrollar problemas profundos e incorregibles en el ojo. Por lo tanto, hay que prestarles especial atención a ellos.
Lo mejor es visitar a un oculista en una óptica de Albacete una vez al año para comprobar que la graduación se ajusta perfectamente a lo que tu ojo necesita en cada momento.
Cuida la relación entre tus gafas y tus ojos
También es interesante añadir algunos consejos más. El primero es el de que trates de tener los cristales siempre limpios y translúcidos. Aunque esto no causa un daño directo, sí que puede ser perjudicial para tu ojo, porque le obliga a esforzarse algo más en identificar lo que está viendo y, por lo tanto, lo cansa.
Y el otro consejo es que mantengas la montura a una distancia adecuada de los ojos. Es más importante de lo que parece, ya que si llevas las lentes muy abajo en la nariz o muy pegadas al ojo es cuando pueden aparecer algunos de los problemas anteriormente descritos. Por lo tanto, vigila bien este aspecto.
En conclusión, las gafas son un elemento muy delicado que influye mucho en tu salud visual. Por lo tanto, es importante que visites al oculista de manera regular para utilizar siempre unas lentes que se ajusten debidamente a tus problemas de visión. Y que cuentes con ópticos profesionales para disponer de un buen modelo de gafa.
Consulta siempre con un especialista
Los ojos son uno de los órganos del cuerpo más delicados. Si no los cuidados y tratamos correctamente, pueden sufrir problemas a medio plazo que nos impidan desarrollar nuestra vida con normalidad. En Marta Montoya Óptica te ofrecemos los mejores consejos y cuidados para la vista.
También disponemos de un amplio catálogo de gafas de vista de las marcas más exclusivas: